HUESCA  | EVA SAN MARTÍN

Dicen que el crimen perfecto no existe, que lo que existe son las investigaciones imperfectas. Y con una charla sobre la parte científica de la investigación, en concreto, sobre el ADN como clave en la resolución de crímenes se inauguraba, en Huesca, la octava edición del Festival Aragón Negro, evento dedicado al género negro y que, en esta ocasión, tiene como leit-motiv “Crímenes reales, crímenes de ficción”.

La charla, titulada “Pruebas determinantes en la resolución de un crimen: un detective llamado ADN” ha estado impartida por Isabel Navarro, directora técnica del laboratorio Citogen, especializado en estudios de ADN, genética forense. La bióloga explicó el recorrido desde la recogida las muestras biológicas en la escena del crimen, las cuales, en ocasiones, permanecen ocultas y se localizan gracias al luminol o a los polvos de grafito, tal como hemos visto en películas o  series de televisión, hasta que los resultados van haciendo avanzar la investigación policial en un sentido u otro.

Los restos de ADN posibilitan que se pueda identificar a una persona o se puedan relacionar con otras muestras de referencia. Cuando se conoce el resultado de ADN pero no hay ninguna muestra con la cual compararlo, se utiliza el CODIS, una base de datos con perfiles de delincuentes. Mientras en España hay registrados casi 400.000 perfiles en Estados Unidos, líder en la investigación forense, tiene casi 15.000.000 de perfiles de delincuentes en su base.

Para hallar resultados en el ADN se utiliza una tecnología muy avanzada, que consigue, a partir de muestras muy pequeñas o degradadas, muchos datos genéticos que logran identificaciones que no se pueden obtener con los métodos tradicionales pero, además, es capaz de identificar rasgos típicos de las personas, es decir, el fenotipo, con lo que pueden llegar a conocer con bastante fiabilidad, por ejemplo, el color de pelo o de ojos de las personas.

Aunque pueda parecer que el trabajo de Isabel Navarro se parece al laboratorio criminalístico más famoso de la pequeña pantalla, ha asegurado que, en la realidad, no es todo tan fácil como en CSI. Navarro también ha destacado que series como CSI enseñan a los criminales lo que no tienen que hacer.

Al finalizar la charla, el público, muy curioso sobre toda esta parte científica de la resolución de un crimen, ha realizado múltiples preguntas.

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