La concejalía de Cultura de Calamocha, que dirige Inocencio López, ha apostado por un autor relevante, el fotógrafo Miguel Sebastián, y por su nueva aventura creativa. En forma de exposición fotográfica, Colores primarios, acaba de inaugurarse en Calamocha, en la Sala José Lapayese, con una propuesta original. En todas las fotos de Miguel Sebastián vemos, en blanco y negro, a un hombre llamado Gabriel. Las imágenes lo representan caminando con una mochila al hombro, durmiendo en una fábrica abandonada, leyendo en un banco, asistiendo a terapias, reponiendo fuerzas en un comedor social… Le vemos, sobre todo, andar entre campos, por las afueras de las ciudades, entre los postes de teléfonos y luz, caminando de día y de noche, siempre a solas con su sombra. Tampoco estrictamente solo, porque Miguel Sebastián iba con él.
Durante un año y medio, el fotógrafo turolense y el valenciano Gabriel compartieron el camino, las inclemencias del tiempo, la soledad y una amistad que iría vertebrándose sobre sus múltiples conversaciones y progresivas confidencias. Día a día, en el camino, Miguel iba conociendo un poco mejor a Gabriel. No siempre fue un vagabundo, alguien «sin hogar». Antes de dejarse arrastrar a su descenso a los infiernos, Gabriel disfrutaba de una vida de éxito. Diez años atrás era un pintor de cierta fama, padre de familia, socialmente respetado. Tenía mujer e hijos, un buen trabajo, pero todo lo perdió por culpa de sus adicciones. A su lado, Miguel luchó por alejarlo de los peligros que le acechaban, pero finalmente Gabriel sucumbiría a su extremo estilo de vida, falleciendo en un albergue de acogida.
Una de sus fotografías ha sido protagonista del cartel de Aragón Negro 2024.