UTEBO | RAMÓN RUIPÉREZ
Aragón Negro toca a su fin y en Utebo lo ha hecho dejando un buen sabor de boca; por un lado, gracias al más que notable seguimiento de las actividades programadas, donde la gala Héroes y la visita de Teresa Viejo brillaron con luz propia; y por otro, y éste ya en el sentido más literal de la expresión, gracias a los pinchos con los que los bares participantes en el GastroFAN han participado en el festival. Y lo han hecho, además, a pesar de las condiciones algo “adversas” que, ironías del calendario y de la mala suerte, han condicionado su desarrollo. Nos referimos a que tanto el jueves 17 como el 24 el GastroFAN quedó en un segundo plano por sendas cuestiones ajenas al festival. En el caso concreto del día 17, por la celebración de la festividad de San Antón, lo que provocó que la habitual afluencia de clientes a los bares se viese sensiblemente afectada; y en el caso del día 24, por el corte de agua que sufrió la localidad como consecuencia de unas obras en la tubería de suministro del Ayuntamiento de Zaragoza.
Sea como fuere, el hecho es que hoy, día 31, Utebo ha afrontado la última jornada tanto del festival Aragón Negro como del GastroFAN, y en esta ocasión nos hemos desplazado a varios establecimientos para descubrir sus creaciones gastronómicas. Así, en El cachito de pan, en la C/ San Andrés, hemos descubierto su aportación al GastroFAN, un pincho llamado “Desde el infierno” consistente en un crujiente de pollo con chocolate caliente y un pimiento picante.
Por último, también hemos visitado el Asador La Torre de Utebo, donde la protagonista era una “Albóndiga de ternasco con salsa sangrienta”, un pincho que gustó mucho y cuyo nombre rendía homenaje al filme Delicatessen, la mítica película de terror de 1991 en la que sus integrantes tenían que enfrentarse a un carnicero caníbal.
En definitiva, un GastroFAN con mucho potencial, con sensacionales creaciones culinarias, pero que no ha eclosionado como pudiera esperarse, y como ya hizo el año pasado, por circunstancias totalmente ajenas al propio desarrollo del festival. En cualquier caso, el sabor de boca que ha dejado este GastroFAN, y por extensión Aragón Negro, ha sido más que positivo y ha vuelto a evidenciar que en Utebo gusta mucho lo noir.