MARÍA DE HUERVA | REDACCIÓN
El salón de plenos del Ayuntamiento de María de Huerva se engalanó ayer para recibir al escritor pucelano Gustavo Martín Garzo, y su nueva novela ‘La rama que no existe’. El alcalde del municipio, Tomás Díaz, inició la charla-coloquio dando las gracias a Martín Garzo y a la escritora Isabel Abenia que participó también en la presentación de la novela, y a todos los asistentes en la sala.
Seguidamente, el alcalde dio paso a Isabel, la cual hizo una presentación resumida de ‘La rama que no existe‘ diciendo de ella que “es una novela preciosa que nos transporta a otros mundos, en los cuales nos hace pensar, reflexionar y meditar sobre nosotros mismos”.
Después, llegó el turno de Gustavo Martín Garzo, el escritor para comenzar explicó de donde viene el origen del título de su nueva novela: “Viene del verso de un poema de uno de los grandes poetas españoles de todos los tiempos, Luis Cernuda, escritor de la generación del 27, y que todos sus poemas iban dirigidos hacia el amor”.
El escritor vallisoletano comentó que “en el hombre hay una disociación entre el mundo real y el deseo interno, el deseo nos lleva a lugares inciertos que ponen en juego cosas importantes de nuestra vida, como por ejemplo, el amor”. Martín Garzo dijo que el amor que es algo inexplicable, que se presenta, te invade sin poder hacer nada ante ello y te rompe los esquemas de tu propia vida.
Desde ese momento, lo que parecía que iba a ser una charla sobre la nueva novela de Martín Garzo, se tornó en un acto en el que el eje central fue la infancia y los cuentos infantiles que desde niños nos han contado a todos. Gustavo de forma sublime quiso contar de forma indirecta a través de los cuentos infantiles, la máxima expresión de lo que es el deseo, el misterio por lo prohibido o nuevo y la ambición humana.
El novelista hizo indicó que “los niños son seres especiales, todos los niños son poetas y grandes creadores, y conforme crecemos tristemente perdemos esa virtud. Los adultos somos unos supervivientes de la infancia, los buenos momentos del adulto vuelven de alguna forma cuando recuperamos momentos de la niñez”. Gustavo dijo tener claro que el niño no entiende al adulto, pero le presenta respeto porque tiene miedo a perder el amor de esa persona mayor. Referenciando al cuento del patito feo, dijo que las personas siempre buscan el amor de los demás para sentirse completados.
Martín Garzo mencionó también a grandes escritores de cuentos infantiles como Andersen y los hermanos Grimm, valorando el buen hacer que tuvieron en escribir cuentos que abordaran temas que de verdad interesaban a los niños, y que en la actualidad sigan sirviendo para las siguientes generaciones. Y explicó de forma excepcional, lo que es para él un libro: “Es como una puerta sin abrir, un camino que no sabes a donde te va a llevar, se pone en juego cosas que nos despiertan en nosotros lo que teníamos dormido y olvidado”.
Entre aplausos, Gustavo Martín Garzo finalizó su magnífica intervención, no sin antes responder algunas preguntas de los espectadores que convirtió por un momento en niños, y firmó unos cuantos ejemplares de sus novelas para poner el broche de oro al acto en María de Huerva.