La escritora y psiquiatra cordobesa María José Moreno, ha traído hoy a la FNAC de Plaza España ‘La fuerza de Eros’, la tercera entrega de su ‘Trilogía del Mal’. La autora ha estado acompaña del también escritor David Jasso, quien hizo las veces de presentador. La trilogía nació porque Moreno quería hablar de un mal distinto al que vemos en las películas, un mal «mucho más duro y frecuente, algo que está a nuestra vera».
‘La fuerza de Eros’ nos presenta la historia de una joven que «se encuentra vulnerable y encuentra refugio en la red». Y es que, así como en las anteriores entregas de la trilogía se trataban otros temas oscuros como el maltrato psicológico o los abusos sexuales a menores, esta novela trata del ciberacoso. Jasso ha dicho de este libro que es «ensortijado, da muchos giros y te sorprende». Moreno utiliza diferentes narradores, porque le viene bien para reflexionar sobre sentimientos e intercala pasado y presente. Ha explicado también que su gran reto, tras una trilogía con una protagonista femenina, es «trabajar con un protagonista masculino».
El ser psiquiatra ayuda mucho a Moreno en su labor como escritora a la hora de crear personajes con problemas mentales. «Lo paso peor escribiendo que en la consulta, porque cuando trabajo, a los pacientes los tengo controlados, pero cuando me tengo que meter en sus cabezas para escribir es un problema», ha comentado la autora ya que además los personajes «son incontrolables». Lo que sí le choca, dice, es cuando ve entrar a los pacientes con alguno de sus libros bajo el brazo.
Al ser preguntada por cómo compatibiliza su trabajo con la escritura ha comentado que ella es «una escritora de fin de semana». También ha dejado claro su preferencia por la autopublicación porque «da mucho poder» al autor ya que «lo que no haría nunca es dejar lo escrito en un cajón».
Junto a estos dos autores ya conocidos, estuvieron en la Fnac dos jóvenes promesas de la literatura: Marta Pascual y Marta Cilleros, alumnas ambas del taller 12 lunas que leyeron sus relatos y recibieron los elogios de Jasso y Moreno. Esta última les animó a que no dejaran de escribir porque si había algo que ella lamentaba era haber empezado a escribir tarde.
Texto y fotografías: Laura Latorre
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