El sábado, 14 de mayo, el teatro de Calamocha acogió el acto más emotivo que forman la programación del FAN 2022. Se trató del homenaje que la población de Calamocha quiso rendirle a Jon Lauko, el escritor, a Paco Rubio, el hombre que falleció en 2020.
Desde el primer momento que se supo de su fallecimiento, la intención de recordarle, por parte del Ayuntamiento de Calamocha, estuvo ahí, pero la COVID-19 ha obligado a ir posponiéndolo hasta que este año, un puñado de gentes amantes de la novela negra y de las personas íntegras se reunió para hablar y compartir historias, anécdotas y emociones en torno a la figura de Jon Lauko/Paco Rubio, uno de los nuestros. El mismo decía en incontables ocasiones que “si volviera a nacer, elegiría sin dudarlo un lugar de la ribera del Jiloca para vivir”.
Encargados de dar vida a esos recuerdos fueron la periodista Cristina Jiménez, Eduardo Escudero, aficionado a muchas y buenas cosas, todas ellas relacionadas con el mundo de la cultura y, el que será Primer Cronista de la Villa, Jesús Lechón o como firma sus artículos Tete Brotons, gran conocedor de la figura y la persona de Jon Lauko.
Una emocionada Rosa, su mujer, agradeció a los presentes el recuerdo hacia su esposo que recordó, “tan íntimamente estuvo vinculado a esta tierra y, en concreto, a Calamocha”. Su hija, Gabriela, también presente, llegó acompañada del pequeño Lauko, un caniche que lleva el nombre artístico de su querido y recordado padre.
Los familiares de Paco Rubio estuvieron acompañados por el Alcalde de Calamocha y Presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Manuel Rando, y por la concejala de Cultura, Maite Beltrán.
SEMBLANZA DE JON LAUKO/FRANCISCO RUBIO
Francisco Rubio Montaner nació en Caminreal en 1948 y falleció en Barcelona en 2020. En Calamocha vivió el despertar a la vida y a la lectura cuando a su padre, maestro de escuela, lo trasladaron y le regaló una colección de novelas. Con la jubilación empezó a publicar, aunque no le fue fácil. En 2011, Meteora le publica Donostia firmada ya como Jon Lauko, dejando atrás el nombre de Paco Rubio con el que firmaría trabajos académicos como profesor que fue. En 2012 publicó la obra Barrendero, enterrador, ferroviario, ambientada en Albónica, la Calamocha de los años 50 del siglo XX. Se trata de una novela negra rural, coral y en la que Agapito, su protagonista, es un homenaje al Plinio de García Pavón. En esta novela la mujer toma un papel principal pero fuera de los tópicos que solían darse en las mujeres rurales. Aquí no serán feas ni tontas sino guapas y con iniciativas. En 2014 publica Estación París y en 2018 Cancan, en la que incluye Donostia, Estación París y concluye la trilogía con El Parque de Cismigiu. Entre tanto, en 2015, publicó El jardín de los naranjos, obra basada en el Albarracín de los siglos VIII al X.