ZARAGOZA | ADRIÁN OLIVAS
En la tarde del jueves 23 de enero, la sala de ceremonias del Complejo Funerario de Torrero, abrió sus puertas para realizar la presentación del libro del Concurso de Epitafios, dentro del programa de actividades que el Cementerio de Zaragoza tiene en la VII edición del Festival Aragón Negro.
Alfredo Labella, representante del cementerio, comenzó el evento realizando un discurso y recordando la importancia en nuestra vida que tiene este lugar donde descansan las almas, calificándolo de “un jardín de los recuerdos”. Además, Alfredo quiso ensalzar y felicitar al Festival Aragón Negro indicando que “desde el cementerio, damos las gracias al festival por su gran coordinación y el bien que hacen a la cultura en Aragón”.
Seguidamente, la música medieval llenó cada rincón de la sala, gracias al clavicémbalo de Joan Miró y la flauta dulce de Javier Ares, los cuales deleitaron al público con sus melodías que evocaban a los tiempos de los trovadores y los juglares de la edad media.
Llegó el turno de la estrella invitada al evento, la poetisa Raquel Lanseros. Antes de empezar a recitar sus poemas, Raquel hizo un pequeño inciso sobre la muerte, diciendo de ella que “cuando somos niños no pensamos en la muerte, pero cuando sufrimos el primer fallecimiento de alguien cercano es cuando te das cuenta de lo dura que es la realidad, y que tienes que convivir con ella”.
A continuación, Lanseros recitó varios poemas sobre la muerte, e hizo referencia en uno de ellos al gran poeta andaluz, Antonio Machado. El tono cálido, pausado y apasionado de Raquel Lanseros al recitar su poemario, hizo que los sentimientos de los espectadores estuvieran a flor de piel. Cuando terminó de recitar la poetisa, todo el público aplaudió para agradecer la emoción transmitida en cada uno de los poemas que salieron de su boca.
Para finalizar el evento, algunas de las participantes del Concurso de Epitafios leyeron unos cuantos poemas de los que aparecen en el libro que se presentaba, y se clausuró la actividad de nuevo con música medieval para poner el broche de oro.