ZARAGOZA | JUAN MARI SAURAS

  • El Teatro Principal acoge la tradicional gala del FAN un año más
  • Mabel Lozano y Carlos Bassas acompañaron a la autora de El tiempo entre costuras en la recepción de galardones

Un año más, el mundo de la cultura se movilizó para rendir homenaje a los mundos del crimen, los vicios del corazón humano y las virtudes que brillan en las sombras. El Festival Aragón Negro celebraba su gala de honor entre las antiguas paredes del Teatro Principal de Zaragoza en la mejor de las compañías, con destacados representantes de las artes reunidos en un fraternal encuentro, destinado a celebrar la entrega de los premios que el FAN había reservado para tres invitados muy especiales: María Dueñas, Mabel Lozano y Carlos Bassas, todos ellos galardonados con diferentes reconocimientos que ensalzaban su labor y su aportación a una cultura que todos compartimos y debemos cuidar.

Ejerciendo de experimentados maestros de ceremonias Jana Catalán y Juan Bolea, directora de organización y director del festival, inauguraron la velada dando un sentido agradecimiento a todos aquellos que habían contribuido a hacer posible el sueño que volvía a hacerse realidad y creían que “la cultura es el motor fundamental de nuestra sociedad”. Frente al momento político actual, en el que “parece que estamos más divididos que nunca”, reivindicaron Aragón como una tierra de convivencia y paz. Un saludo al que se unió la vicealcaldesa Sara Fernández, quien en nombre del ayuntamiento expresó el entusiasmo de la institución a la hora de participar en un evento tan relevante para la región.

Como un padre orgulloso de los pasos que ha seguido su vástago, Juan Bolea rememoró algunas de las anécdotas que habían marcado el desarrollo del festival, como el momento en el que Fernando Rueda recibió una llamada del mismo Lobo durante una presentación en la localidad de Borja. Mientras tanto, al fondo del escenario se gestaba un crimen. O más bien, su resultado final. Pues la maquilladora Irene Tudela, en calidad de nigromante, transformaba poco a poco a una joven en la víctima de la novela de Raymond Chandler La dama del lago, arrebatando cualquier hálito de vida bajo su mano experta y las capas de maquillaje en un espectáculo macabro y fascinante.

Siguiendo con la ceremonia, fue llamado al escenario el primero de los galardonados de la noche: Carlos Bassas, ganador del premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón, recibía su fraternal reconocimiento a la novela Justo, un homenaje “a mi padre y a la Barcelona de su infancia, ya desvanecida pero que supo transmitirme a través de sus historias” relató.

Tras sus palabras, ocupó el espacio Josete Ordóñez, un viejo conocido del fan, para interpretar a la guitarra una de las piezas del proyecto Frankenstein resucitado, que ya fuese presentado en ediciones anteriores del FAN. Tras la actuación Juan Bolea no olvidó mencionar, a través de una anécdota sobre el personaje de Poe Auguste Dupin, a quienes con su esfuerzo tratan de combatir el crimen y la desolación que deja. De ahí, la gala viró hacia la vertiente más social del festival al dar voz al escritor David Lozano para leer un manifiesto en favor de la cultura y la convivencia.

Con ello, el escenario quedó preparado para recibir a Mabel Lozano, quien a través de su obra ha luchado con denuedo contra la trata de mujeres. La oscura temática que vertebra su trabajo contrastaba con la enorme vitalidad y alegría con la que recibió el galardón “La mejor de los nuestros”. Convencida de que “los destinos nunca son los lugares, si no las formas de ver la vida”, esta luchadora incansable lleva desde el año 2005, “cuando estas cosas ni siquiera eran delito en nuestro país” usando el cine como “una forma de transformación social”. Su mayor esfuerzo devino con la escritura de El proxeneta, un libro oscuro cuya composición la hirió gravemente pero del que, como ella misma admite, “sólo han surgido cosas buenas”. Un periplo vital de lucha y esfuerzo en favor de aquellas que no cuentan con defensa alguna que caminaba con paso seguro sobre las tablas del Teatro Principal.

Tras el discurso de Mabel Lozano Josete Ordóñez volvió a ocupar el escenario, esta vez acompañado por su compañera Rosa Masip y la escritora Marta Robles para darle ritmo a las vivencias de una femme fatale dedicada a vivir de las fortunas que le dejan sus desdichados amantes. Con ello tejieron un ambiente cálido y agradable pese a la truculenta temática para recibir a la gran invitada de la gala: María Dueñas, “una renovadora de la novela negra capaz de encender viejas pasiones con un nuevo talento y arte”.

Sus novelas, construidas “sobre una labor de investigación muy profunda” cuentan con “personajes femeninos sólidos” y llenos de vida, sobre los que prenden diferentes relaciones amorosas. Y es que aunque el amor romántico es quizá el más fácil de encontrar en sus libros, abundan los “desamores, amores difíciles, y también los amores que trascienden lo sentimental”. Un enorme mar de sentimientos que envuelve atmósferas e historias tejidas con maestría y que la hicieron merecedora del Premio de Honor del FAN.

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