ZARAGOZA | ADRIÁN OLIVAS
Las puertas del centro Joaquín Roncal de la fundación CAI se abrieron ayer a las 19:00 horas de la tarde para dar el pistoletazo de salida al ciclo de actividades del Festival Aragón Negro. Como dice aquel dicho: “lo que bien empieza, bien acaba”, y por tanto, la primera invitada al centro fue de categoría premium, la escritora y periodista Teresa Viejo.
Teresa antes de comenzar su charla-coloquio sobre “Espíritus y otras curiosidades”, quiso destacar el buen hacer del Festival Aragón Negro, ya que ella lleva participando varias ediciones y lo ha visto cada año crecer más. La escritora madrileña indicó que le encanta “la versatilidad que tiene este festival, la apertura para contar con miradas diferentes, con enfoques distintos, con acciones y contenidos que te hacen estimular el pensamiento y la reflexión”.
Durante la sesión, la autora hizo un repaso por su propia vida desde que tan solo era una niña, y con una palabra muy presente durante toda la charla que, aseguraba, le ha perseguido toda su vida: la curiosidad.
Según la periodista, Viejo escribe por curiosidad para poder discernir la gran cantidad de incógnitas que le vienen a la cabeza mientras escribe la novela. Y recalcó que “el cerebro es rígido y lleno de etiquetas, hay que cambiar la rigidez mental por la curiosidad mental para ver más allá de lo tangible, y empezar a ver y sentir lo intangible”.
Entonces fue cuando Teresa confesó que, en un momento determinado de su vida, contactó con una médium para llegar a comprender qué hay en el más allá.
La escritora dijo que nunca se le borrará de la mente cuando la médium le aseguró que “hablaba y veía a los espíritus cada día en cualquier lugar y desde niña”. Ella cambió la perspectiva y la percepción que tenía sobre el mundo del espiritismo y empezó a dejar llevarse por la intuición, ya que para la periodista “la intuición y la curiosidad están ligadas, y hay que seguir lo que tienes dentro de ti, porque eso me hace saber que estoy en el lugar indicado y es un proceso mágico y espiritual”.
“La intuición y la curiosidad están ligadas, y hay que seguir lo que tienes dentro de ti, porque eso me hace saber que estoy en el lugar indicado y es un proceso mágico y espiritual”.
Para finalizar, la autora compartió con los asistentes una historia que dejó congelados y perplejos a todo el auditorio. Viejo, confesó haber ido tras la pista, durante muchos años, de un lugar abandonado en Guadalajara. Se trataba de un antiguo balneario llamado ‘La Isabela’. Ella intuía y sentía que ese lugar tenía algo enigmático, y gracias a esto se decidió a escribir su primera novela, ‘La memoria del agua’.
La escritora confesó que mientras la escribía, su padre le dijo “hija, pero si yo viví allí en mi infancia, tu abuelo era el chófer del médico y tu abuela era su ayudante”. La explicación que Teresa Viejo dio a este suceso inexplicable, es que “nada es casualidad, todas las historias que llegan a mi vida, llegan de otra parte, de mis ancestros”.
Entre aplausos y caras de asombro, la escritora dio por finalizado el evento y firmó algunos ejemplares de sus novelas a los asistentes en el Joaquín Roncal. No en vano, con el tiempo Teresa Viejo se ha ganado a pulso el título de ‘La maestra de la curiosidad‘.