UTEBO | RAMÓN RUIPÉREZ
Tiene Alejandro Bescós (Zaragoza, 1 de octubre de 1958) un hablar tranquilo, pausado, casi se podría decir que pedagógico, como de sermón de pontífice, y se toma su tiempo para decir la palabra exacta, para articular la frase certera que causa una imagen tan efectista como efectiva. Para, en definitiva, hacer lo que hacen todos los escritores: fascinar a su auditorio y hacerle partícipe de su historia. Y, ciertamente, Bescós tiene un don para conseguirlo. Aunque, las cosas como son, lo tiene fácil. Porque tiene mucho que decir. Mucho y muy interesante. Y no, no es un escritor que fascine a su auditorio con su imaginación prodigiosa. Porque lo hace con su vida. Con una vida, eso sí, digna de ser novelada. Con la vida de un hombre que, en 1979, cuando terminó sus estudios, marchó a África junto a sus padres, y permaneció allí, en el denominado continente negro, hasta 2010. Y que ahora, tras su regreso, ha decidido contar su experiencia, sus vivencias, en un libro, ‘África entre el bien y el mal’ (editorial Círculo Rojo), cuya presentación ha servido, esta tarde, para dar el pistoletazo de salida a la programación utebera de la V edición del Festival Aragón Negro.
Ha sido en un concurrido acto al que han asistido más de cincuenta personas y que se ha celebrado en la Biblioteca Municipal de Utebo ante un entregadísimo auditorio que ha escuchado con increíble atención al autor aragonés. Así, durante toda su intervención, Bescós ha hablado de infinidad de cuestiones de gran interés; de Gabón, de la colonización, del -en ocasiones- primitivismo de su cultura, de hechiceros, de violencia, de crueldad, de supercherías, de arte africano… y lo ha hecho, además, con la pasión y la cercanía que solo puede imprimir al relato quien ha vivido buena parte de su vida allí.
Una vida que le ha servido, ahora, para convertirse en el protagonista de su propia novela. Ha sido una charla cercana, dura en ocasiones por la crudeza de las vivencias narradas, bellísima en otras por la calidez humana que ha destilado, en la que Bescós ha definido la vida humana como una novela, muchas veces negra y que enlaza, por lo tanto, con el espíritu del Festival Aragón Negro. Tanto, que él, en su periplo africano, en su vida africana, ha afirmado que ha vivido «muchas situaciones muy duras, muy desagradables». Situaciones que uno no puede sino imaginar como rayanas con el universo más noir, ése que ni siquiera un tipo como Pierre Lemaitre pudiera imaginar para cualquiera de sus novelas. Y todo, además, protagonizado por un hombre, Bescós, que es una caja de sorpresas en sí mismo, porque, además de empresario maderero, ha sido, según ha explicado, piloto de avión, es experto en artes marciales y también hasta en masaje curativo.
Es decir, un libro fascinante, con una historia fascinante y con un protagonista fascinante que, además, tal y como ha afirmado durante la presentación, se lo ha pasado «en grande» toda su vida y al que se le ve enamorado de la vida y del ser humano.
En definitiva, un libro que tiene tres vertientes claramente diferenciadas: por un lado, el atractivo de la narración de una vida que, por su peculiar idiosincrasia, es digna de ser contada. Por otro, la historia como vector de conocimiento de un país, Gabón, de un continente, África, y sobre todo de un hombre, del propio hermano de Bescós, fallecido en accidente de avión en 1998 y a quien el propio autor dedica el libro; y por último, la novela como acercamiento de culturas.
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FOTOS: AYUNTAMIENTO DE UTEBO / EDURNE SANJÚAN