ARTURO GASTÓN | ARAGÓN NEGRO GASTRONÓMICO

Que en el género negro se bebe más que se come es algo bastante obvio. Ahora bien, como venimos poniendo de manifiesto en todas las ediciones del Festival Aragón Negro, estamos ante una fuente de inspiración inagotable para cocineros, barmans, maîtres, baristas y hosteleros de toda índole. ¿Y de dónde salen la mayoría de estos profesionales? No piensen demasiado, se forman en las magníficas escuelas de hostelería que tenemos en nuestra comunidad.

En Aragón Negro Gastronómico late un espíritu docente que trasladamos cada año a estas aulas. En esta ocasión contamos con la participación de tres de ellas: TOPI-Picarral, IES Miralbueno y el IES Ateca. Profesores y alumnos se han nutrido de intrigas literarias o cinematográficas durante semanas. ¿Se imaginan una escena mejor? El género negro como pretexto para lograr la excelencia de estos chicos que serán, en breve, firmas reconocidas en el panorama hostelero aragonés con proyección nacional.

Los alumnos del IES Ateca nos han sorprendido con una propuesta de altos vuelos. De la mano de sus maestros han indagado y profundizado en títulos tan dispares pero representativos como Sin City (Cañas de Fuendejalón con salsa de frutos rojos), A tiro limpio (Civet de corzo y arándanos), El sueño eterno (cóctel Gimlet), El gran Lebowksi (Café irlandés con vodka), La casa de papel (Pimiento relleno con atún y huevo) y La isla mínima (Sopa de pescado boullabeise). Para la creación y elaboración de cada una de estas propuestas han dedicado unas horas de sus vidas a conocer estas obras. El empeño quizás habrá contribuido a despertar el interés de los alumnos por este tipo de producción artística. Quizás en unos años el nuevo enfant terrible de la cocina aragonesa consiga su primera estrella Michelin reinterpretando los tragos de Philip Marlowe. 

La Isla mínima

Los chicos de Ateca nos explican de este modo uno de los platos que se pueden degustar hasta el 21 de enero: “Durante toda la película o en gran parte de ella vemos a uno de los protagonistas con un puro. La película está grabada en blancos, negros y rojos. Resaltando el rojo de la sangre. Esto nos ha llevado a realizar una versión de uno de nuestros postres más típicos, las cañas de Fuendejalón. En nuestro caso las hemos realizado incorporando cacao en el azúcar en vez de la canela como suele ser típico.

Además, en vez de rellenarlas con crema pastelera como las tradicionales, hemos realizado una crema pastelera de chocolate, para simular la ceniza hemos realizado un crumble de chocolate. De esta manera hemos intentado simular el puro característico del que hemos hablado con anterioridad. Debido a que la película se desarrolla en blanco, negro y rojo, hemos querido acompañar a nuestra versión de la caña de Fuendejalón de una salsa de frutos rojos la cual hemos querido disponer en el plato recordándonos a una salpicadura de sangre: clara protagonista de esta película”.

A tiro limpio

Les animo a reservar mesa hasta el 21 de enero. Para empezar, les sorprenderá su precio: 15 euros.

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Arturo Gastón

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